Modelos Asociativos: Motores Silenciosos del Emprendimiento con Propósito desde la Base Social

En un país donde el emprendimiento se promueve como una solución frente al desempleo y la informalidad, resulta imprescindible mirar más allá de los modelos tradicionales. Mientras muchas iniciativas individuales fracasan por falta de apoyo, orientación o recursos, los modelos asociativos —como los fondos de empleados, las cooperativas y las mutuales— ofrecen una plataforma colectiva, legítima y con alto potencial para transformar sueños en empresas sostenibles.

EMPRENDIMIENTO

Alexander Márquez P.

6/20/20254 min read

En un país donde el emprendimiento se promueve como una solución frente al desempleo y la informalidad, resulta imprescindible mirar más allá de los modelos tradicionales. Mientras muchas iniciativas individuales fracasan por falta de apoyo, orientación o recursos, los modelos asociativos —como los fondos de empleados, las cooperativas y las mutuales— ofrecen una plataforma colectiva, legítima y con alto potencial para transformar sueños en empresas sostenibles.

Estas organizaciones no solo fortalecen la economía social, sino que también pueden convertirse en verdaderos ecosistemas de innovación comunitaria, generando bienestar para sus asociados y dinamizando las economías locales. En tiempos en los que se requieren soluciones con impacto real y sostenido, vale la pena poner el foco en estos motores silenciosos del desarrollo.

El desafío del emprendimiento individual

Hoy en día, emprender de forma individual puede parecer una tarea heroica. Las barreras son muchas: escasa capacitación, falta de mentoría, dificultades para acceder a capital semilla y una gran soledad durante las etapas iniciales del proceso.

Adicionalmente, muchos emprendedores carecen de autoconocimiento sobre sus habilidades, talentos y vocación de liderazgo. Esto se traduce en modelos de negocio débiles, baja claridad estratégica y dificultad para sostener el esfuerzo emprendedor más allá de la fase de ideación.

La gran pregunta es: ¿cómo lograr que el emprendimiento tenga raíces más profundas, mayor red de apoyo y un impacto transformador?

Modelos asociativos: sembrando emprendimientos desde la base

Los modelos asociativos —fondos de empleados, cooperativas y mutuales— cuentan con un activo inigualable: una comunidad vinculada, organizada y con intereses comunes. Este solo hecho representa una ventaja sustancial frente al emprendimiento tradicional, que debe construir sus redes desde cero.

Estas entidades, además, disponen de capacidades internas que pueden potenciarse significativamente:

> Programas de desarrollo empresarial desde etapas tempranas hasta su consolidación.

> Activación de productos financieros tanto en captación como en colocación, con excelentes condiciones en tasas de interés y periodos de gracia.

> Creación de plataformas tipo marketplace para impulsar el portafolio de los emprendedores emergentes, dirigido a la base social, grupos de interés y sus familias.

> Fortalecimiento de un ecosistema colaborativo entre entidades de economía solidaria, maximizando beneficios mediante economías de escala.

¿Y si cada entidad solidaria se convirtiera en una incubadora de emprendimientos para sus propios asociados?

Casos reales y base normativa que respalda

Un referente normativo clave es la Ley 1391, que en su artículo 3º establece que los fondos de empleados deben destinar al menos un 10% de sus excedentes a la creación de fondos de desarrollo empresarial solidario. Estos recursos pueden orientarse a apoyar ideas de negocio que beneficien a los asociados, generen empleo o fortalezcan cadenas productivas locales.

Ya existen casos concretos donde:

> Fondos de empleados que han implementado programas con enfoque en incubación de emprendimientos.

> Diseño de líneas de ahorro y crédito con condiciones especiales para emprendedores asociados.

> Desarrollo de programas educativos en economía solidaria, integrados con formación en gestión empresarial.

> Creación de modelos de negocio —individuales y colectivos— que complementan el portafolio de servicios del modelo solidario, en nichos como seguros, turismo, alianzas comerciales, centros de formación y servicios de tecnología, entre otros.

Normativas que fortalecen esta visión

El marco normativo colombiano brinda un soporte sólido para el emprendimiento colectivo y solidario:

1. Ley 1014 de 2006 – Fomento a la cultura del emprendimiento.

2. Ley 1780 de 2016 – Impulso al emprendimiento juvenil.

3. Ley 1834 de 2017 – Apoyo a la economía creativa (Economía Naranja).

4. Ley 2069 de 2020 – Desarrollo integral del ecosistema emprendedor.

5. Ley 2294 de 2023 – Plan Nacional de Desarrollo: promueve el emprendimiento rural, verde y popular.

6. Ley 1429 de 2010 – Incentivos para la formalización empresarial.

7. Ley 2233 de 2022 – Promoción del crowdfunding y nuevas fuentes de financiación.

Estas leyes permiten integrar el potencial del sector solidario con las oportunidades que brinda el entorno normativo y económico actual.

Ecosistema institucional: aliados estratégicos

En este panorama convergen instituciones clave que pueden articular esfuerzos:

> INNpulsa Colombia: Innovación abierta y programas colaborativos.

> SENA – Fondo Emprender: Capital semilla y formación técnica.

> Confecámaras: Fortalecimiento empresarial a nivel territorial.

> Bancóldex y FNG: Acceso a crédito y garantías para nuevas unidades de negocio.

> Ruta de Negocios NEXUS: Estructuración de emprendimientos con enfoque solidario. https://www.alexandermarquez.com/nexus-ruta-negocios

Las entidades del sector solidario pueden convertirse en catalizadores locales, articulando estos recursos y adaptándolos a las necesidades de sus comunidades.

Desafíos y oportunidades

A pesar del enorme potencial, persisten retos estructurales:

> Baja visibilidad del emprendimiento como estrategia de desarrollo.

> Resistencia interna al cambio y escasa innovación institucional.

> Poca articulación entre entidades a pesar de promover la solidaridad y la ayuda mutua como sector.

> Bajo interese de parte de las entidades gremiales a pesar del gran potencial de liderazgo y la gran oportunidad por visibilidad y representación.

Sin embargo, existen oportunidades claras:

> Crear laboratorios de innovación dentro de fondos, cooperativas y asociaciones mutuales o impulsar por gremio para

> Promover clústeres, agrupando emprendedores por modelos, nicho o región.

> Escalar el modelo de mesas de dinero y fondos con capital semilla que retorne a la entidad, fortaleciendo la sostenibilidad financiera.

El emprendimiento en el modelo solidario no es una utopía: es una herramienta concreta para construir autonomía económica y tejido productivo desde la base social.

Desde mi experiencia como consultor en desarrollo de negocios y economía solidaria, hago un llamado a los directivos de fondos de empleados, cooperativas y mutuales a dar un paso adelante: activar o robustecer programas de emprendimiento al interior de sus entidades.

Ustedes ya cuentan con lo esencial: base asociativa, excedentes, talento humano y legitimidad. Solo necesitan una visión estratégica, una ruta metodológica clara y la convicción de que el emprendimiento puede ser el canal para multiplicar la transferencia solidario. En otras palabras, potenciar el Índice de Rentabilidad Social (IRS).

A diciembre de 2024, Colombia cuenta con 1.856 Cooperativas, 1.417 Fondos y 123 Asociaciones mutuales activas, cada una con la capacidad de convertirse en un semillero de innovación social y económica.

El momento es ahora.

Modelos Asociativos: Motores Silenciosos del Emprendimiento con Propósito desde la Base Social

Por Alexander Márquez P. | Consultor en Economía Solidaria